Senderismo imprescindible
Nos hemos desplazado a visitar las “Agulles de santa Agueda” en el Parque natural del Desierto de las Palmas. Las sorpresas llegan de todas las partes pues se trata de un territorio con una microreserva de flora mediterránea, con una presencia religiosa notable debida a la orden del Carmelo desde el siglo XVII, que aportan una onomástica poética.
Desiertos carmelitanos
La palabra “desierto” alude al alma en el lenguaje místico en su lucha por encontrarse con Dios en lugares solitarios de oración, conocidos como eremitorios.
Bahía de Benicassim desde el Bartolo |
El nombre del pico más alto, el “bartolo” (729mt) debe su nombre al hermano Bartolomé. Uno de los más perezosos frailes, del cual se cuenta que se tumbaba en la cumbre a gozar del paisaje y a tumbarse“a la bartola”. Aunque otros digan que la bartola es la panza o que es la fiesta de San Bartolomé, del 24 de agosto como licencia para la holganza.
Las Agujas
La segunda formación geológica importante, tras el Bartolo, son las Agujas de Santa Águeda, y a la Agulla Gran, subimos desde la Font del Senyor. Sus formas rosáceas y rojizas les dan un particular encanto fantasmagórico de suave colorido de pastel mediterráneo, junto a un azul intenso del mar y aquel verde suave de los palmitos. La formación rosácea procede del triásico, hace unos 250 millones de años, cuando emergieron conglomerados de rodeno rojo que descansan sobre pizarras grises. Su aspecto rectangular y de cúspides puntiagudas las asemeja a singulares menhires, tenazas rosáceas o índices erectos de extraños gigantes. El rodeno, junto a la ladera piramidal de areniscas, las hace tan llamativas que se le da el nombre de agujas o crestas.
Las Agujas en formación rosácea |
Agujas apuntando al Bartolo |
Origen de Santa Águeda
El nombre de Santa Águeda, en cambio, no se lo dio un geólogo, sino un religioso sesudo con vocación de teólogo y no de comtemplativo como nuestro fraile Bartolo.
El santoral dice que Santa Águeda fue una mártir de Catania, en Sicilia, en los primeros siglos del cristianismo, relacionada también con las montañas de Sicilia.
Nació en Palermo hacia el 230 de la era cristiana, mujer fervorosa de quien se enamora Quinciano, gobernador de Sicilia. Ella huye a Catania y se le aplica el tormento de parte del antiguo amante y ahora despechado tirano . Entre los instrumentos que se usan para su martirio tenazas o agujas para destrozar el pecho de la virgen. San Pedro se le apareció e iluminó su celda para llevarla a la curación. Más tarde la acuestan sobre llamas ardientes y muere hacia el 5 de febrero de 251. Según cuentan el volcán Etna hizo su erupción un año después de la muerte de la santa.
El eremitorio de Les Santes
El ermitorio de Les Santes está situado en el barranco del mismo nombre, a unos siete kilómetros de Cabanes.
Eremitorio de Les Santes |
Una defensora de la libertad de elección
Un obispo de Tortosa ordenó a los fieles de Cabanes reconstruir el antiguo ermitorio en ruinas y en el 1617 se colocó en el nuevo altar las imágenes de Santa Lucía y Santa Águeda. Fue un sacerdote de Cabanes , quien recomendó a los carmelitas fundar en el Desierto de las Palmas hacia 1698, con la advocación de dos mujeres. Lucía, una defensora de la vista, no está mal, por las maravillosas vistas del paraje hacia el mar. Agueda sería la abanderada de la libertad de las jóvenes ante la violencia de género.
Las fiestas dedicadas a Santa Águeda en la Península Ibérica confirman este papel de defensora de la igualdad contra los abusos injustos, como en Castilla, donde a las mujeres se les entregan los bastones de mando ese día, y en el País Vasco donde la víspera se reúnen grupos de cantoras con bastones o “Makilak”. En Zaragoza y también en Catania se regalan dulces en forma de pecho de mujer como reliquias de la santa, con merengue y cereza o de nata relleno de trufa.
El nombre de Agulles de Santa Agueda
Nos queda por aclarar la presencia del nombre tan curioso de Agulles de Santa Águeda. Las montañas gemelas en forma de pecho son comunes en la Península, pero aquí en especial resaltan las formas puntiagudas a manera de gancho o agujas. La dedicación a Santa Águeda, ¿la daría un religioso carmelita al relacionarlas con el santuario cercano? La forma de “agujas” naturalmente nos recuerdan los instrumentos de tormento con los cuales los verdugos sicilianos quisieron privar a la santa de sus senos. Si observamos de cerca las agulles hacia el monte Bartolo podemos reconocer un relieve cuya cima mayor recuerda la cabeza de la virgen mientras el resto de crestas nos esboza poéticamente, sus senos y caderas recostadas hacia las aguas del mar mientras recibe el martirio.
Aguja grande |
Agujas menores |
Un goce para los sentidos
Al subir por la pista hacia el Bartolo, 200 metros más alto, las vistas nos permiten contemplar toda los 180 km del golfo de Valencia hasta divisar el Montgó de Jávea en la lejanía. Del otro lado las islas Columbretes. Detrás nuestro las ruinas del primer eremitorio, el actual convento carmelita.
Un gozo para los sentidos. Un auténtico viaje cultural por Valencia y Castellón, que finaliza visitando el Arco romano de Cabanes en la antigua Via Augusta.
Arco de Cabanes |
Bibliografia:
Vicente Sos Babyat, El valle de Miravet y “Les Agulles de Santa Agueda” (sep. Del Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura t. xxxv e. octubre -Diciembre 1959.
Juan Emilio Prades, Eremitorio de les Santes, Cabanes: Costumbres y paisajes
jvniclos