CEFAPIT (Confederación Española de Guías e Intérpretes de Turismo)
Los presidentes de las asociaciones provinciales de España de Guías de Turismo tuvimos el encuentro anual en Toledo en diciembre pasado, y fui comisionado por mi cargo en la Asociación Profesional de Valencia
Las jornadas trataron de la problemática de los guías de turismo, los problemas con las administraciones locales y el intrusismo que amenaza el ejercicio de nuestra profesión.
Jornadas y aspectos lúdicos
Nos hospedamos en un hermoso hotel con magníficas habitaciones, en el barrio de la judería, junto a la iglesia de san Juan de los Reyes.
Las sesiones tuvieron lugar en un salón neomudéjar de la Asociación de Hostelería de Toledo, con la memoria del Presidente de cada provincia. El edificio se encuentra cerca del Puente de San Martín donde sitúa la leyenda el célebre Baño de la Cava, la hija del conde D. Julián, forzada por D. Rodrigo.
Las dos noches los guías de Toledo nos ofrecieron magníficas visitas a la ciudad, realizadas por auténticos profesionales. Las visitas que nos organizó la Presidenta de los guías de Toledo fueron algo sensacional:
Primera tarde: La Catedral
Visitamos la ciudad iluminada de fiesta para nosotros como signo de hospitalidad del ayuntamiento y la catedral de Toledo, que nos abrió sus puertas a la noche para recibirnos. Al interior pudimos disfrutar también de aquello que normalmente no se muestra a los visitantes: el claustro alto, con las golfas de los gigantones para la procesión de Semana Santa, las habitaciones de la reina Isabel la Católica cuando se hospedaba aquí y el balcón desde el que oía la misa, la mente retirada. Se nos abrieron a continuación las rejas de la capilla mayor, la cancela – de lo más bello en la catedral- más allá de la cual admiramos el espléndido retablo central de Jean Petit, de un gótico florido nacido delencargo del cardenal Cisneros, y los sepulcros de los reyes viejos (desde 1289-1295) y de los nuevos -Trastamara- (1333-1418) de Castilla.
A continuación visitamos la sacristía antigua con espléndido artesonado, el tesoro de la catedral con las coronas votivas, el retablo de san Ildefonso, la nueva sacristía con el espléndido cuadro El-Expolio de El Greco (1587), cuya composición nos parece un precedente de la que sigue Caravaggio para la crucifixión de san Pedro para santa María del Poppolo de 1600.
Finalmente el organista de la catedral nos ofreció un magnífico concierto en el coro, donde tenían asiento los reyes, con múscia del barroco, entre ellas, una del valenciano Juan Cabanilles, nacido en Algemesí.
De una excelente descripción de esta iglesia primada puede disfrutarse en las primeras páginas de la novela del costumbrista valenciano, Vicente Blasco Ibáñez, La Catedral.
Segunda Tarde: barrio Judío y Convento Real
Al día siguiente visitamos el barrio judío con la sinagoga de Santa María la Blanca, perteneciente a la floreciente comunidad local hasta el año de 1391, en que se asaltó junto con otras juderías españolas, entre ellas la de Valencia.
Cinco, buena cantidad, de las veinte sinagogas de Toledo fueron destruidas. La de Santa María la Blanca fue convertida en un beaterio para prostitutas arrepentidas en el siglo XVI.
Como la contemporánea Mezquita del Cristo de la luz o Bab al-Mardun, con capiteles corintios y arcos de herradura del arte califal.
En la iglesia de san Juan de los Reyes, bajo la advocación de Francisco de Asís, aprendimos que Juan evangelista tenía bajo su protección los reinos de Isabel la Católica, y que fue construida para contener los sepulcros de los Reyes Católicos, finalmente trasladados a Granada, nuevo reino donde reposar sus restos.
La nave central muestra por doquier el águila de san Juan, y el yugo y las flechas, que en aquella época representaban la Y de Ysabel y la F de Fernando, por lo del “monta tanto”.
Descendimos a continuación a la Casa del Judío, en las entrañas de la ciudad, segura residencia de conversos, donde a resguardo celebrarían sus ritos, en un subsuelo en que tocan nuestras manos la mítica peña sobre la que se asienta la artística ciudad, y al tocarla nos parecía susurrar los conjuros de la magia cabalista de algún místico hebreo, o vislumbrar la legendaria la tabla de Salomón, en que el sabio rey bíblico, según el mito, escribiera todos los secretos el universo.
Entre pintores, místicos, cabalistas, judíos y conversos
Y, para seguir con este recorrido por las tres culturas visitamos la casa donde se alojó santa Teresa venida para fundar el convento de su Carmelo descalzo. Ella misma descendiente de una familia de conversos toledanos, llega a comienzos del año 1562 para consolar a Doña Luisa de la Cerda, dama notable, caída en depresión tras enviudar recientemente.
A su llegada a Toledo, se instala en la residencia de doña Luisa, en el actual Palacio de Mesa, el cual alberga hoy en día la sede de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Será aquí, durante las largas noches de invierno, a la luz de una vela en sus aposentos, comenzará a plasmar por escrito sus pensamientos en una rica obra literaria.
Gracias a un rico comerciante, Santa Teresa fundará en 1569 un convento o “Palomar de la Virgen”, en plena judería Toledana, trasladado al año siguiente a la actual Plaza de Santa Teresa de Jesús, muy próxima a la puerta del Cambrón. Este convento pasó a ser la quinta de descanso de Santa Teresa, pues en 1577 se recluye en él, acaba su “Libro de la Vida”, e inicia “Las Moradas”, obra culmen de la mística y que cierra el círculo literario de santa Teresa y la Ciudad de Toledo.
EL GRECO
Nos esperaba finalmente el encuentro con la magnífica obra cumbre de Domenicos Theotopoulos, “El entierro del Conde de Orgaz”, donde San Agustin y san Esteban vestidos de gala descienden piadosos del cielo para enterrar al ecuánime y dadivoso Conde, del cual el Greco dos siglos después cumple el encargo de pintar un hermoso cuadro para su capilla. Dos años le llevó iluminar esa escala de unión entre el cielo y la tierra, con esa alma que asciende hacia lo alto con la levedad de sus buenas obras en esta Divina Comedia Toledana
Gracias a Apit Toledo por su acogida, y las tardes gastronómicas a precios excelentes.
José Vicente Niclós
www.itinerisvlc.com
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